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El rey de los ojos negros


“La sangre y las lagrimas fueron el motor del mundo”

En la década del setenta con el auge de la arqueología y la paleontología, fueron desenterrados tesoros misteriosos de culturas extintas, olvidadas a travez del globo entero. Un ejemplo poco conocido son los jarrones de Fshan-sagur descubiertos en territorios del valle del Éufrates, cuna de las civilizaciones, este jarrón no responde a las características que los especialistas reconocen en el arte fenicio o persa ni ninguna cultura mesopotámica de la que se hubiera encontrado antes rastro alguno. Los tres jarrones están adornados por pinturas de técnica sorprendente, usando calidades de línea y relieves y colores, desconocidos por sus contemporáneos. Cocidos hace mas de 5000 años su pintura delicada y precisa ha permanecido intacta en un templo sepultado por el tiempo en la antigua babilonia.

Desenterrado en 1977 por el doctor Karl Van Husher y su equipo de especialistas se cree que la leyenda fue grabada en los jarrones 3000 años a.c. Pero que se contaba hace más de 100000 años entre las tribus nómadas y los primeros asentamientos conocidos por el hombre actual. (Esto pone en tela de juicio las teorías conocidas hasta entonces).

Desde el principio se creyó que los jarrones contaban una historia trágica y macabra. Reciben su nombre de el rey de los ojos negros (Fshan-Sagur en lengua turca) por la figura que adorna las pinturas en los tres jarrones.

Sin embargo fue hasta febrero el año dos mil trece cuando se llega a un acuerdo en la traducción de aquellos jeroglíficos que podría quizá aproximarse a lo que aquella historia cuenta. Los arqueólogos, filólogos, historiadores, artistas, quienes dedicaron su vida a estudiar los jarrones de fshan-sagur así cuentan la historia.

Hubo un reino antiguo

Tan antiguo como el fuego,

cuyos hombres construían sus casas como nidos en un gran árbol,

un reino de madera,

hombres y mujeres hábiles como ardillas,

trepaban aquel árbol gigante como montaña,

aquel reino había sido tallado en el árbol,

un colosal tronco sería la fortaleza del temido rey.

El rey de ojos negros,

heredó el trono de su padre,

no tardó en convertirse en un tirano, esclavizando a todo su reino,

Obligándolos a sostener su obsesión.

El rey tenía magia oscura y poderosa,

convirtió el árbol reino en una maquina de destrucción,

la cual era capas de moverse y obedecer a las ordenes de su amo.

Un animal de madera,

El corazón del árbol funcionada con el sudor y los humores de sus habitantes.

Esa magia necesitaba de lagrimas, sudor, sangre, semen, saliva…

Humores.

Ese singular combustible lograba darle aquellos asombrosos poderes a su colosal reino.

En el centro del motor los esclavos, embrujados,

debían mantener una gigantesca orgia

que no podía detenerse,

otros eran obligados a llorar en horribles salas de tortura,

todo el reino sufría la avaricia de su rey.

muchos morían a causa del cansancio o la deshidratación,

esos eran enviados a las calderas

para alimentar con su carne podrida al motor sediento y despiadado.

Las personas no podían llorar, ni sudar, ni amar, ni nacer, si no era para su rey.

Cada lagrima, cada gota de sudor era preciosa para los planes malevos de su majestad.

Ningún otro reino tenía esta magia ni ninguna parecida,

así que su poder los aplastó uno por uno.

Cada sobreviviente era obligado a llorar para el rey de los ojos negros.

El continente entero se cubrió de aquella maldad.

El amor y los sentimientos humanos se apagaron casi por completo,

aquel árbol había devorado a la humanidad.

El plan del rey de los ojos negros estaba casi concluido,

necesitaba extraer un fruto de su árbol maldito,

ese fruto le daría la vida y juventud eternas.

Pero desde el centro del motor, de en medio de la orgia, del caldo de humanos,

nació una criatura hermosa, un salvador, no era hombre ni mujer,

tenía alas de ángel y vientre de Venus,

la fuerza y el corazón de Ulises.

Escapó del vientre de la bestia de madera

y subió la copa donde ya nadie vivía,

el árbol destruyó la ciudad en su copa y se quebró las ramas intentando atrapar al escurridizo intruso,

el ángel atacó la sala de mando de esa extraña tripulación

allí encontró a su decrepito rey,

el solitario anciano luchaba entre raíces secas por mantener el orden de su imperio.

El rey y el árbol eran ya uno solo y el fruto estaba a punto de su maduración.

El rey ataco con su último aliento al héroe alado,

Así que este tuvo que arrancarle el corazón,

Ese corazón fue lo último que se tragaron las calderas del árbol maldito,

el reino fue saqueado y abandonado

Las personas bajaron del árbol e hicieron sus casas con tierra sobre las piedras,

El ser alado repartió el néctar de la fruta madura y se marchó con las semillas,

Aquellos hombres y mujeres volvieron a amar, a llorar y a sudar por su propia voluntad.

El ser alado fue a vivir sobre las nubes.

Aquella magia fue olvidada.

Y estos jarrones existen para recordarnos nunca jamás invocarla.

Por razones obvias no tengo acceso a los jarrones para publicar aquí sus fotografías,

Espero que esto dibujo que hice a partir de los jarrones que vi yo mismo en mi último viaje a medio oriente, al museo del prado en Tel-Avi, sirvan para ilustrar esta extraña narración.


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